miércoles, 12 de diciembre de 2007

Invierno-3

15 de marzo: desde el Carmen Max Mureau No todos los inviernos, desde que es esta ciudad, han sido como los de este año. Y el invierno de este año que acaba dentro de unos días, ha sido muy seco. No ha llovido casi nada, tampoco ha nevado ni ha hecho frío. Y la mayoría de los días el cielo ha estado sin nubes. Ante de tiempo han florecido los almendros, algunos rosales, los lirios y otras muchas plantas. Como si se hubieran equivocado de fecha. ¿Por qué ha sucedido esto? Por lo que decía antes: este invierno que acaba, más bien ha parecido verano o quizá una primavera un tanto especial.

Sin embargo, esta tarde ya mediado de marzo, cuanto las cosas desde un sitio muy especial. ¿Desde dónde? Desde un pequeño rincón en un gran carmen, en la ladera sur del barrio del Albaicín. Se le conoce a este sitio por el Carmen de Max Mureau. Un antiguo pintor, músico, escritor que vivió en este sitio durante un tiempo. Desde aquí hoy quiero empezar a despedir el invierno de Granada. El de este año, que ya he dicho no se parece casi en nada a otros que también conozco.
¿Y qué hay aquí de especial? Se ve, sobre la loma y a otro lado del río Darro, la Alhambra, Sierra Nevada, las nubes blancas que esta tarde coronan y el azul del cielo. Se oye el airecillo pasar, al quebrarse entre las ramas de dos viejos cipreses y acompañan los cantos de algunos pajarillos. Hasta el arrullo de una tórtola y el piar de una curruca. Por lo demás, tanto silencio que parece que esto no fuera ciudad. Así que lugar ideal para ir despidiendo el invierno especial que este año ha pasado por Granada.


16 de marzo: desde la plaza de San Nicolás Hoy es ya Domingo de Ramos. Este año, la Semana Santa, se ha adelantado mucho. Antes de que acabe el invierno, ha llegado. Pero hoy sigue sin ser invierno aunque lo sea.

Desde la plaza de San Nicolás, unos metros al poniente del famoso mirador, observo y no veo al invierno. Al caer la tarde, seis y media, el sol luce como un buen día de verano. Y hace calor pero es invierno todavía aunque parezca primavera. Los árboles que hay en esta plaza ya tienen flores. Cuajados están, como si esta noche la mayor de todas las primaveras, los hubiera vestido con los ramos más bellos. Morados como los trajes de los nazarenos que, ahora mismo, van por las calles de Granada dando la bienvenida a la Semana Santa.

Desde esta misma plaza, cuadrada, en lo más alto del barrio del Albaicín y hermosamente empedrada, hasta se oye la música de las procesiones. Por eso muchas personas van ahora mismo por las estrechas calles de este barrio hacia el centro. Pero aquí mismo todo está solitario. Nada más que unos gorriones, un mirlo negro que canta parado en las ramas de tercer árbol, las flores que ya he dicho y lo demás silencio. El cielo azul, al fondo la silueta de la Alhambra, Sierra Nevada más al fondo, con su buena capa de nieve y el sol de la tarde. Un invierno extraño, el de este año en Granada. Pero así ha sido y así lo cuento.

17 de marzo: desde el Carmen de la Atarazan

La tarde de hoy sí que parece algo más de invierno. Las temperaturas han bajado, se ha nublado mucho, el viento es fresco y hasta parece que puede llover. Una tarde, almenos bonita, para empezar a poner punto y final a esta estación del año.

Y el recinto desde donde voy despidiendo esta tarde de invierno, no puede ser más original. Uno de los cármenes más bellos, en el mismo corazón del Albaicín Alto. ¿Su nombre? Carme de la Atarazana. De propiedad privada, con un hermoso jardín, varias fuentes con agua, higueras, naranjos y flores, muchas flores. Aunque todavía no sea primavera.

¿Que dónde se encuentra este carmen tan alzado sobre la ciudad de Granada? Justo a doscientos metros del Mirador de San Nicolás, por el lado de debajo de la plaza con el mismo nombre y antes de la plaza de las Azucenas. Desde fuera, por las calles que le rodean, muy poco se ve. Solo los árboles rebosando por encima de las tapias, palmeras, cipreses y los pajarillos que entre esta vegetación revolotea y vive.

Por eso, en esta tarde especial de Semana Santa, por entre la fronda de este carmen, hasta el tiempo parece otra cosa. Se oye el rumor del agua de las fuentes, los trinos de algún canario y mirlo, el gorgojeo de los gorriones y lo demás silencio. Al frente resalta la Alambra, sobre su trono verde y al fondo, la ciudad de Granada. En el centro de este cuadro, la torre de la catedral. Se oyen las campanas. Es Semana Santa y las procesiones llenan las calles. Así que lo dicho: una tarde bella y clara con un especial de invierno.


18 de marzo: placeta de las minas

Pocas personas, aquí en Granada, saben dónde se encuentra. Es tan chica, tan recogida en sí, tan poca cosa aun dentro del lugar que ocupa, que hasta en los planos es difícil encontrarla. Y, sin embargo, el sitio en sí, es de los más importantes dentro de este barrio del albaicín. ¿Que dónde se encuentra? Justo al terminar la calle María de la Miel y por donde se remonta al pasar el Arco de las Pesas. Pero ya digo: ni siquiera es placeta sino un trozo de calle, algo ancha y empedrada. Y este sitio es justo lo más alto del cerro donde se asienta el Albaicín. Mucho más alto que el Mirador de San Nicolás.

Por aquí pasan los turistas, en busca del mirador y a otros rincones del barrio y nadie se para. Tampoco nadie cae en la cuenta del tesoro que aquí mismo hay. Por el lado del sol de la tarde, y ocupando lo más elevado del cerro, se alza un carmen. Inmenso y cerrado casi como una cárcel. Los grandes árboles se ven desde fuera y dicen que son los más gruesos y viejos de todo el Albaicín. El Carmen de los Cipreses, es su nombre y, como es privado, nadie lo conoce por dentro. Solo sus dueños y algunos vecinos que viven en las casas que rodean. Son todas viviendas familiares de los dueños de este carmen.

Por donde esta plaza, frente al carmen que he dicho y frente al sol de la tarde, trazo una pincelada más de este invierno en Granada. Hoy es menos invierno que ayer porque ni siquiera hay nubes pero sí hace fresco. Es martes de Semana Santa y los turistas no dejan de pasar por esta plaza. Suena la música de un acordeón en la Puerta de las Pesas y se pone el sol. Una pena no poder ver, para describir y fotografiar, este fantástico carmen por dentro.

19 de marzo: desde la plaza de las Azucenas Algunos dicen que este año está loco del remate. Ayer fue un día de sol espléndido y de un azul de cielo intenso. Hoy por completo está nublado y hace frío. A cuatro grados llegaron las mínimas esta mañana y, esta tarde, miércoles santo y con las procesiones por las calles, sigue haciendo frío y las nubes son densas y negras. Vienen del poniente. Por eso, según las tarde va cayendo, las nubes se concentran y son cada vez más oscuras. Puede que el invierno acabe con lluvia y frío.

Desde la plaza de las Azucenas, ya más cerca de donde daré por concluido el invierno, la tarde tiene un misterio especial. Gran silencio, nada de viento, empiezan a caer algunas gotas y, a lo lejos, se oyen los tambores de los pasos de Semana Santa. Y aquí mismo, el Monasterio de Santa Isabel la Real. Todo cerrado, tejados muy viejos y hace solo unos minutos se ha oído una campana. Es día de Semana Santa y las monjas, no muchas ni jóvenes, se han llamado para rezar. Y como todo se cubre con verdadera cara de invierno, la tarde no puede tener más misterio.

¿Y la plaza? Muy grande, casi cuadrada, con flores, árboles jóvenes, algunas personas sentadas y esperando no se sabe qué, y lo demás, como en los brazos del clima especial que ya he comentado. Quizá llueva esta noche y hasta puede que sobre las cumbres de Sierra Nevada, nieve. Se estropeará el ambiente de Semana Santa pero el tiempo es así: a veces parece primavera cuando no corresponde y otras veces es invierno cuando no debe.


20 de marzo: desde plaza de San Miguel Bajo Sin embargo, hoy sí ha sido un verdadero día de invierno. Quizá el día más completo de todos los que han quedado atrás. A media mañana, se nubló mucho. Crujieron algunos truenos y, a la media hora, ya estaba lloviendo. No muy fuerte pero sí lo suficiente para que enseguida se lavara el asfalto y el agua corriera. Por los bordes de las calles del Albaicín y por entre las piedras. ¡Qué bonito! Granda bajo la lluvia, con las calles mojadas y con niebla, no tiene comparación con nada sobre esta tierra.

Y la lluvia ha caído durante toda la mañana, al mediodía y hasta casi a las seis de la tarde. Desde la plaza de San Miguel Bajo, la tarde de este día, ha sido preciosa. Y más lo ha sido porque justo hoy y de esta iglesia, salía una de las procesiones de Semana Santa: la Aurora. Su hora de salida era a las seis y media pero la han retrasado esperando que amainara la lluvia. Y ha dejado de llover justo a las seis y cuarto de la tarde. A las seis y media ha salido el sol y a las siete, solo algunas nubes había en el cielo. ¡Una belleza!

Porque la procesión de la Aurora ha salido justo a la siete de la tarde. Toda la plaza estaba repleta de gente y, aunque hacía frío, no llovía sino que todo el cielo se mostraba radiante. Un día realmente mágico y una tarde mucho más. Para ir poniendo punto y final al invierno en Granada este año.


21 de marzo: desde el Mirador de la Lona

Ya voy a dar por finalizado este relato de “el invierno en Granada”. Justo a las cinco y media de la tarde y desde el mismo mirador de la Lona. Una vista indescriptible es lo que se divisa desde aquí, de una gran parte de Granada. Y esta tarde, a diferencia de la de ayer, ni llueve ni hace frío. Luce un sol magnífico y sí corre un poco de viento. Al fondo se ve la ciudad, la calle ancha del bulevar y justo ahora mismo una procesión la recorre. Es la de los Ferroviarios. Más allá de la ciudad, la ancha vega por donde algunas nubes cuelgan y por donde, una vez más, veré ponerse el sol. Siempre es distinta la belleza de cualquier puesta de sol en Granada.

Este Mirador de la Lona hoy está más solo que otros días. Es Viernes Santo y la gente o se concentra en las procesiones o se han ido de la ciudad. Aunque hoy, por el fresco airecillo que corre, no agrada mucho la playa. Pero a este mirador, unos detrás de otros, no dejan de llegar personas. Algunos se paran, hace fotos, miran durante unos minutos y luego se van. Es como el punto y final del barrio del Albaicín por este lado. Ya lo que cae se le conoce con el nombre de Zenete, calle Elvira y Gran Vía de Colón. Y a los lados, izquierda y derecha del mirador, calle Alhacaba y dirección a Puerta Nueva. Así que el Mirador de la Lona es punto muy significativo en la ciudad de Granada.

Pero ya concluyo hoy aquí el invierno. El que no ha sido como yo había esperado ni lo que debiera. Poco ha llovido y por eso ni los ríos tienen agua ni los embalses ni las plantas se ven con mucha vida. Pero así es el clima. Y los humanos poco podemos hacer para cambiarlo. Ya la primavera comienza. Y este año en Granada es justo al terminar la Semana Santa. Ojalá y la primavera sí sea mejor que el invierno. ¿Sabes? Esta mañana temprano he oído el canto de un cuco. Y en Granada, cuando este ave hace acto de presencia, es porque la primavera ha llegado. La realidad de la naturaleza que tiene su ritmo y a su modo se comporta. Así que pongo punto y final. Solo he pretendido dejar recogido un trozo del tiempo a su paso por esta ciudad. Y lo he hecho a mi modo y desde la sinceridad más limpia. Por eso, al menos a mí, me ha servido para explicarme un poco mejor la vida y las cosas. Puede que esto quede escrito para siempre. Y hasta puede que sirva para algo. Doy gracias al cielo y espero que Él me bendiga.

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